Tengo miedo de dejar que los nervios dominen mis sentidos, que la vista se me nuble, los contactos no funcionen y los vidrios se quiebren.
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Tengo miedo de saltar al abismo de lo desconocido, tantear en la oscuridad o peor aún, pasarme una luz roja con flash intermitente, tan solo para despertar a un reloj que marca las nueve, cuando a las ocho debía embarcar.
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No soporto el sonido de una guitarra de viejas cuerdas, pero me aterra cambiarlas y que dedique canciones desafinadas. Busco endulzarme el alma disfrutando lo que hago, pero es imposible distinguirme entre la mala sangre de algunos que miran con ojos de disparate y mis propias indecisiones. Huyo de los momentos en que las conversaciones se hacen cortas, simplemente porque el miedo escénico me hace olvidar las palabras.
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No soporto el ataque instantáneo de un pánico acomodado a mis ánimos que acelera mis sentidos y equilibra mis pisadas punzantes, tampoco acepto la hipocresía de la gente loca que cree ser más cuerda que yo y sobre todo no puedo aceptar el que se hace engañar por sus propios poemas mintiéndole al mundo que nada anda mal.
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Algo falta para completar este circo sin payaso, creo que el matiz de lo incierto promete quebrantar la paz de los dioses, pero mi voz va mas fuerte, mi voz sigue aquí, alta o baja es la misma y quiere entonar, quiere cumplir su misión, quiere ser ella, quiere ser YO… Y esto… esto es a lo único… que NO temo.
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¡Que siga la fiesta!
Labels: reflexión
Me hacia falta ver tus letras por aquí, uff aun se me paran los pelitos al leerte! a diferencia que puedo verte los ojos frente a frente para decirte lo que me gusta leerte!
No temas el temor es efímero, porque tu valor siempre le gana, si subimos al escenario de la vida y no sentimos ese poco de miedo de que valiera subirse, no?