No hay nada que me calme el dolor de cuello, necesito leer eso de lo que solo una frase vaga tengo, necesito me cuenten la historia completa. Hoy es un día de esos en los que analizo mi vida como un primero de enero, prefiero escuchar algunas canciones de Radiohead para relajarme antes de tomar la guitarra y sacar los tonos de esa que quiero tocar, creo que ya encontré las razones obvias para no salir un sábado temprano de casa, recuerdo esa sensación abstracta de dolor y me planteo evitarlo, según palabras sabias de dos que me aman, supongo que no soy de acero, muy bien lo disimulo y en relación a lo que mi mente desea sacar de raíz, me creo que tendré que buscar la medicina que aun no encuentro, para que el relajamiento sea completo.

Hoy escribo sin sentido lo que tiene mucho para mí, extraño tantas cosas que no existen, las que ya no volverán, me propongo preguntarle a mi padre como le hizo para aceptar que ya Los Beatles no eran más, como saber porque ese auto tuvo que impactar al frente de mi casa en una noche cualquiera, en la que, mientras profundamente dormía, en el preciso momento que me necesitabas, mi cuerpo no cedió a los gritos y bocinas de ambulancias que entre miradas de curiosos cargaban cuerpos muertos, como hoy anda mi alma.

Pienso que aquellas aun vagan por el vecindario, y es preciso ayudarlas a despedirse de este mundo maldito en el que aun no estás conmigo. Anoche hubiese querido también beber, hasta embriagarme de botella completa, y sentir tu cuerpo conmigo. Si me deseabas, yo moría por ti, si me pensabas, yo soñaba contigo.

Quizás por eso odie las noches de brujas, quizás por eso mi cuerpo se quedo inmóvil, quizás un ángel del infierno se atrevió a posar sus dedos en mi frente y extrajo con sus huellas todas mis pesadillas, en el preciso momento en que tres personas indefensas caminaban a su encuentro. Porque puede ser que haya coqueteado conmigo y me haya tocado, es probable pues fue mucho lo que te desee y lo que te imaginé. Mas el destino es distinto y hoy que ya extraen la sangre del pavimento y el infierno se convierte en un Miami caliente y aburrido, prefiero pensar que solo lo figuré y el zapato perdido del pie izquierdo del que hoy anda sin rumbo, nunca llegó a posar su mirada en la triste entrada hacia mi casa.

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