Un domingo como el de hoy, pienso en la tranquilidad que me da ver un enano disfrutando de un ratón en la tele, y yo con algunas fotos de un viaje reciente pienso en los besos que me has dado y los abrazos que aun me faltan.

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Hace unos años atrás, este para mí era el peor de la semana, aburrido, tosco y demasiado tranquilo, sobre todo en un Miami que se recoge y actúa en tu contra, con el vapor de una calle desierta, o las olas de un mar que desemboca en una playa colorida de sombrillas que se debía pensar dos veces antes de querer visitar, quizás porque todo implica un gasto, sobre todo cuando no tienes con que cubrirlo.

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Supongo que fui aburrida hasta que lo conocí, me convenzo en pensar que cada instante luego de aquel ocho de Marzo ha sido una historia que contar, porque me faltan las palabras para ubicarlo en el entendimiento exacto de captar cuanto lo amo, y no ha sido lo único que ha cambiado mi vida, porque hoy disfruto cada segundo de tu voz, cada mensaje, cada escrito, cada caricia, cada te amo, cada besito osito y los que me dicen que no incluirán lengüita y al final la cuelas como desapercibida, cada apretón, cada movimiento, disfruto tu vida y quiero apoyarte en tus problemas, me encantan tus locuras y hasta tus chistes malos, jugueteo con tu pelo descuidado y aunque me empeño en verlo crecer para hacerte esa colita que te hace ver tan guapo, a veces extraño ese mohawk que una vez me enamoró.

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Quisiera un día como hoy estar comiendo pupusas en el comedor de tu casa y luego dar un salto gigantesco y disfrutar de un daiquiri en Bayside mientras veo caer el sol en el horizonte. Quizás después planificar unos cuantos meneítos de cadera en un SOBS que hicimos nuestro o simplemente mojar nuestros pies en el agua tibia de una playa floridana… se que nos falta mucho por vivir y aun solo sea compartiendo un cuba libre mientras criticamos a escritores y artistas, quiero estar contigo, hoy te extraño como nunca… quiero estar contigo… hoy.

Yo y mi Cueto

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