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Recuerdo hace años cuando la valentía se disfrazaba de indolente y burlaba al que corazón en prisa rechazaba decisiones de una madre naturaleza que con su varita mágica engalanaba noches que como esta se revela. Y lo curioso es lo que queda, sobre el vidrio sus estragos, en sus hojas la grandeza, de la tierra se destila ese olor particular, luego viene el silencio, maravillosa y anhelada calma, que en su inconsciencia decide gobernar, haciendo de miles solo una, purificando las almas y llevando de aquel manso y tierno caballero las ideas que solo por un momento le llevaron por los cielos.
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No es la soledad… es el silencio.
y aveces duela mas... cala mas.. enseña mas
becho preciosa