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Ahora demasiado dulce para mi gusto dejo irónicamente lo que antes dio placer, pero fue a medias, porque aunque caliente se presente, aroma refrescante y enloquecedora de pasiones mal vividas, ya no le quiero. Con la única fatiga que me invade, con dolor de garganta o sin él, con algunos desperfectos en la cara, con pocas fresas de inversión, o con unos cuantos lloros de uno que quiere libertad (sí, está de andariego el gato), ahí me distraigo porque lo cómico no se hace esperar, ya va creciendo, así mismo la distancia. Anoche ha hablado rendido, he reído a carcajadas, también yo dormida.
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Lunes es santo y es que un jueves te tendré. Santos los días que paso contigo, que pecaré comiendo de tu carne y me enredaré en tu ombligo, santa la mirada del que hechiza y amarra cada pétalo de vida, cada centímetro de rosa, quiero buscar en tu sonrisa las razones para crucificar un pasado estúpido e ilógico y resucitar entre tus piernas como señal de mi sincero arrepentimiento y ya no más abstinencia, te quiero de cuerpo entero. Lunes santo, rojo y húmedo… te deseo...
De experiencia religiosa deja mucho...¿eh?