No entiendo mucho mi signo zodiacal, solo sé que cuando digo la fecha de mi cumpleaños o a cuál de ellos pertenezco, siempre veo esa mueca que hace la gente, como de que “a ti hay que tenerte cuidado”. Vengo de una familia católica (hasta la tambora), con cimientos lasallianos, siendo líder en grupos de jóvenes y siempre siguiendo los pasos de mis guías, los que siempre recalcaron, se aseguraron y garantizaron que nunca me inclinara en la curiosidad de rebuscar en libros, revistas e internet, algo que hiciera alarde y/o apoyara la creencia de tales “caprichos humanos”.

Sin embargo, debo confesar que sí hay algunas características en mi personalidad que se asemejan a la descripción del signo en cuestión, como son el lograr lo que me propongo. Por experiencia digo que no es fácil lidiar con personas que llevo por “tocayas” del renombrado animal peligroso, y así como algunas no puedo resistir cerca, otras me han dado exquisitos placeres, mientras que unas tantas me han sido fieles, o al menos trabajan junto conmigo para evitar enfrentamientos y conflictos que pueden estropear lo que esté de por medio, así sea solo una amistad o pura relación profesional.

Percibo que cuando ambos del mismo signo nos proponemos las mismas metas, habrá de seguro sangre invertida, y hablo de amor, de locura, de intereses materiales y de todo lo que al ser humano en busca de su bienestar es capaz de hacer sin importar el pisón y las consecuencias malditas que pueden provocar. Tuve una suegra con la gracia (o desgracia más bien) de coincidir con mi zodiaco, no me parece que tenga que redundarles mucho de cómo era nuestro trato, sin embargo por otro lado mi mejor amiga de tantos años, la que vivió conmigo esas etapas felices e infantiles, esas escapadas y tantas payasadas, con la que probé por vez primera un cigarrillo y la que hoy apenas se de ella por un myspace que al menos mantiene actualizado, son ejemplos que hacen confirmar 100% mi teoría.

Ahora, lo que pasó ayer no va de acuerdo con lo detallado anteriormente, y aquí entonces es que le hecho un poco de la personalidad y de paso mas agua al sancocho. Planes de meses tenia para un día como ayer, de crear recuerdos increíbles con quien o quienes nunca se enteraron de los mismos, sin embargo preferí disfrutar del día con dos tremendas películas (Black Snake moan / The number 23), pasar el malestar de una gripe que no fue la causante de mi cancelación de planes y ver la guitarra varias veces en su escondite antes de entonar lo que aun hoy todavía no he empezado a componer. (Y como siempre digo en tiempos de sequia: “tengo la idea… pero no me salen las palabras”.)

Será que también somos volátiles y no lo sabemos. Aunque la respuesta la he tenido siempre frente a mis ojos, y siguen ciegos… o se hacen…

(Creo que ya está bueno de lidiar con escorpiones… al menos por la noche de hoy…)

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