Sentada en el banco...
Se me antoja descansar en el banco que a veces uso para que mis pies no desfallezcan y se agoten mis ánimos; el cual es testigo de pensamientos que van y vienen sin destino, y hablando de tales va tomando su rumbo la primera impresión de los besos, sube la marea de encantos y se transforma el sol matutino en sombra despejada, porque prefiero el calor de su cuerpo a la del astro vivo en muerte, por eso vendo lo que me sobra porque cargaré ligero mi equipaje, y lo que en remates no desaparezca vigilaré para que el primer duende de la tarde anude en su alma los mismos.
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Se enlazan cobijados a la rama todo lo que olvidé, inciensos que prometo encender y seguiré robándole a su mirada el rayo de luz que me regala, aún así prefiero asaltarla. Porque lo justo debo cotizarlo al precio justo, y valga la redundancia, esa que me hace recordar la palabra que últimamente se repite como neón en mi frente.
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Porque cuatro letras significan bastante
y me empeño en encontrar una que valga más.
Pero me encanta la idea de conseguirla
porque debo decírsela,
porque en la lucha libre (y no de la de Jack Veneno¿?)
ganaré el trofeo.
Pero en este caso es de mutuo acuerdo,
pues en la próxima gana él.
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Pensaba dejar mi banco y coleccionar luciérnagas pero tejeré hilos de nostalgia para cuando su calor se haya ido, abriguen mis madrugadas.
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Labels: desahogo, desvaríos, drlacxos
Aquí, disfrutando de tus textos.
Saludos