A veces quiero tomar ese estilo tonto y descriptivo del que una vez me prendí, otras solo me quedo como boba mirando a través de la ventana esperando alguna brisa que acaricie el pelo, que hoy llevo suelto.
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Miro hacia el frente y el sonido de los autos me recuerda que respiro, cuido de no fijar tanto la Mirada para que no vuelva ese mareo. Coloco los frascos debajo del escritorio, los que hoy han alegrado mi tarde.
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Unos chocolates que han resuelto un regalo del cual, luego de contar centavos, no me había percatado. Recién miro el artefacto que me une, quiero provocar en mi una risa, pero es tarde, ya ha vuelto esa ansiedad de querer adelantar las horas y salir de cuatro paredes frías y solitarias.
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Entonces Desvarío…
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Entonces Desvarío…
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Un día cualquiera.... divariamos